En el lapso de un año, el Ejecutivo Nacional ha avanzado con las propuestas de instalación de Zonas Económicas Especiales (ZEE) en el país, tras la aprobación de la Ley Orgánica de Zonas Económicas Especiales sancionada por la Asamblea Nacional (AN) en 2022.
Se trata de un proyecto que, según el Ejecutivo, estima potenciar el desarrollo de la industrialización y la transformación de materia prima desde las distintas regiones del país y de acuerdo a sus características de producción.
La meta, según se indica en un microsite del Ministerio de Planificación, en el que explican las implicaciones jurídicas y económicas de las ZEE, es ampliar las capacidades de los distintos sectores económicos, el desarrollo regional y fomentar las exportaciones no petroleras, para sustituir paulatinamente las exportaciones de petróleo que son la clave de los ingresos nacionales.
La vicepresidenta Ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, en declaraciones emitidas en agosto de 2023, dijo que algunos de los incentivos que establece la Ley de las ZEE son la “reducción del 50% de los servicios portuarios y aduaneros para la exportación” y el “reintegro del Impuesto Sobre la Renta (ISLR), que puede alcanzar, en los primeros seis años, hasta un 100%, dependiendo de la actividad exportadora”.
En ese sentido, en un lapso de doce meses y hasta septiembre de 2024, se ha anunciado la creación de unas siete ZEE. Las primeras anunciadas por Nicolás Maduro en agosto de 2023 fueron las de Paraguaná (Falcón), Puerto Cabello-Morón (Carabobo), La Guaira (La Guaira), Margarita (Nueva Esparta) y la Isla La Tortuga (Territorio Insular Miranda).
En abril de este año, el Primer Mandatario venezolano firmó la creación de una ZEE Agrícola, en la que convergerían los estados Guárico, Anzoátegui, Monagas, Delta Amacuro y Sucre.
De igual forma, a inicios de septiembre, Nicolás Maduro propuso la creación de una Zona Económica Especial Industrial, la cual estaría asentada en la frontera entre Colombia y Venezuela, destacando que el país estaba listo para negociar y firmar condiciones especiales en torno a este proyecto binacional.
Inversión en infraestructura: punto vital para el avance
En los meses recientes, el Ejecutivo Nacional ha estado activo en la promoción de las ZEE a nivel internacional. Dos ejemplos claros de esto fue la presentación de las posibilidades de inversión en el VI Foro Internacional Municipal del BRICS, realizado en Moscú.
De igual forma, días antes y durante la Tercera Conferencia Anual de la Alianza Global de Zonas Económicas Especiales (GASEZ), en China, el superintendente nacional de las ZEE, Johann Álvarez, apuntó que la meta era “atraer inversiones extranjeras, fomentar la innovación y garantizar un crecimiento económico inclusivo y sostenible”.
Los gremios empresariales nacionales han estado a la expectativa con el desarrollo de las ZEE. En ese sentido, la segunda vicepresidenta de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), Tiziana Polesel, comentó en declaraciones emitidas en julio pasado que un indicador de éxito de este tipo de proyectos es la prestación de servicios públicos eficientes en un país.
“La respuesta a que no termina de despegar, me la di yo misma, en el sentido de que las Zonas Económicas Especiales exitosas en el mundo tienen servicios públicos, evidentemente esto pudiese estar siendo un freno”, refirió Polesel en una entrevista televisiva.
El economista Alejandro Gutiérrez, profesor de la Universidad de Los Andes (ULA) y consultor en economía y políticas agroalimentarias y comerciales, destacó en entrevista para Banca y Negocios que, en el caso venezolano, “la captación de inversiones nacionales y extranjeras todavía no se notan”.
Al respecto, explicó que, aunque 2024 va a ser un año quizás con un mayor crecimiento que 2023, actualmente “la economía venezolana está recibiendo los impactos de la crisis política que todavía existe en el país y que tiene repercusiones internacionales, y una de las consecuencias es que la nación puede quedar más aislada de lo que ya estaba debido a las sanciones”.
Por ende, el académico apuntó que el desarrollo de las zonas se ha ralentizado porque se requiere un marco institucional claro, además de un ambiente legal, institucional y de un de una situación y un entorno político estable.
Además, mencionó que otras condiciones que deben estar presentes para obtener mecanismos de financiamiento internacional es que “la relación de los bancos nacionales con los bancos internacionales sea fluida y normal, como sucede en países que no están en la misma situación de Venezuela”.
El consultor manifestó que para activar las ZEE debe haber inversión pública y privada en el mejoramiento de estructuras de producción y el entorno actual dificulta que se hagan estas inversiones por parte del empresariado y por ende, la captación de inversiones foráneas.
“Igualmente puede decirse que el Gobierno no dispone de recursos suficientes para hacer la inversión en obras de infraestructura que se requieren para que esas Zonas Económicas Especiales despeguen, me refiero a infraestructura en materia de servicios públicos, de electricidad, de telecomunicaciones”, agregó.
ZEE Industrial con Colombia: la de mayor viabilidad
Bajo la perspectiva de Alejandro Gutiérrez, una de las ZEE que podría tener mayor viabilidad para concretarse es la propuesta industrial en la frontera con Colombia. Pero, apuntó que para ello se debe realizar un estudio económico a profundidad.
“Hay condiciones que apuntan a ello, ya que existe un tejido económico social en la frontera entre los dos países que es histórico, y esto es un enorme punto a favor, pues que hay una integración económica espontánea”, añadió.
Agregó que las inversiones podrían venir con mayor fluidez a través del capital colombiano, siempre y cuando concreten mejoras en infraestructuras, sobre todo en materia de vialidad.
“Cuando ha habido devaluaciones fuertes en Venezuela, capitales colombianos venían al país. Venezuela tiene, probablemente, la mano de obra más barata de América Latina. De manera tal que pues las textileras, la industria del vestido y otras pequeñas industrias se mueven en la frontera dependiendo de esa situación económica. Y ese es un factor en contra”, expresó.
No obstante, explicó que en esta frontera “siempre ha habido una dinámica económica que actúa en épocas de crisis, en época de cierre de fronteras y esta dinámica actúa independientemente de lo que se decide en Bogotá o en Caracas”.
El profesor adicionó que, para que se concrete esta ZEE, la Superintendencia de Zonas Económicas debe “garantizar que las ventajas fiscales que se le van a dar a los inversionistas se cumplan, porque uno de los problemas que tiene Venezuela es el desorden fiscal”.
También señaló que “las reglas de juego tienen que estar claras” y se debe mejorar la prestación de servicios públicos y la infraestructura vial y de telecomunicaciones.
“Tiene que haber facilidades para que las mercancías fluyan entre los dos países y para que las empresas se pueden asociar para producir un bien que vaya de un país a otro, no solamente a Colombia o a Venezuela, sino que se exporte hacia otras naciones”, enfatizó.
Con esto, acotó que las empresas venezolanas y colombianas deberán combinar sus factores de producción para poder exportar no solamente a su propio territorio, sino hacia el mercado mundial.
Fuente: Banca y Negocios