Los patrones de gasto de las familias venezolanas reflejan un panorama económico de alta presión, donde las necesidades básicas consumen una proporción dominante del ingreso. Al menos 52% del presupuesto familiar se destina exclusivamente a cubrir las exigencias de alimentación y transporte, según destacó el comunicador social y socio director de Atenas Grupo, Pedro Quintana, en un reciente análisis.
En conversación con Román Lozinski para el Circuito Éxitos, Quintana señaló que esta concentración subraya el «estrés» al que está sometida la cartera del consumidor. El porcentaje restante debe distribuirse en otras necesidades, pero de manera mucho más fragmentada: telecomunicaciones y educación consumen 7% y 8% respectivamente, mientras que el bienestar, la salud y los servicios básicos se llevan cada uno alrededor del 6% y 4%. En el fondo de la lista, la recreación apenas representa 2% del gasto total.
Enfatizó que la mayoría de la población se concentra en los segmentos de menor capacidad adquisitiva, con 64% de los venezolanos ubicados en estratos medios-bajos. Esta realidad, aunque desafiante, plantea una oportunidad para los especialistas.
Tendencias de consumo de proteínas
En sintonía con este análisis de gasto, Rodrigo Agudo, director del Instituto Venezolano de la Leche y la Carne (Invelecar), ofreció una perspectiva sobre las tendencias en la mesa del venezolano.
Agudo confirmó que el consumo proteico ha iniciado una leve recuperación, siendo el pollo el favorito del consumidor por su coste accesible y alto volumen de ingesta. Le siguen en la preferencia la carne de res y, en menor medida, el tocino.
En cuanto a la producción de huevo, Agudo resaltó un crecimiento notable, explicando que este rubro ha experimentado la mayor recuperación en unidades per cápita debido a que su proceso productivo requiere menor capitalización y genera rendimiento diario.
Ambos expertos concluyeron que, pese a la contracción del gasto, el momento actual exige un trabajo más agudo de los profesionales, siendo «el momento de los mercadólogos para hacer buen mercadeo» que se adapte a esta realidad económica.
Fuente: El Nacional