En Venezuela, la presión fiscal es elevada, pero no es el único factor que impulsa a las empresas a replantear su ubicación, pues la actividad económica regional se ha convertido en un elemento clave para sostener ventas y operaciones. Según el economista y consultor Asdrúbal Oliveros, el país mantiene niveles de presión fiscal que comprometen hasta el 60% del margen operativo de una empresa, el doble del promedio de América Latina, que ronda el 30%.
Pero no todo se trata de impuestos. A juicio del especialista, Venezuela es un país extremadamente desigual, y factores como el movimiento de personas, mercancías, electricidad, internet, actividad en puertos y aeropuertos, así como la emisión de gas, varían entre regiones.
Oliveros y su equipo han medido la actividad regional a través de imágenes satelitales y cinco variables clave. Según sus análisis de octubre de 2024 y marzo de 2025, el país se divide en cuatro zonas:
Actividad alta: región capital, Anzoátegui, Portuguesa y Táchira.
Actividad media: la mayoría del país, con movimiento económico moderado.
Actividad baja: estados con menor dinamismo.
Crítica: zonas con actividad muy reducida, como Monagas, Sucre, Cojedes, Trujillo, Falcón, Amazonas y Delta Amacuro.
Entre octubre de 2024 y marzo de 2025, solo la región capital se mantuvo como zona de alta actividad, mientras que estados como Zulia, Táchira y Portuguesa registraron un deterioro, afectando la dinámica regional.
Estrategia empresarial regional
«Las empresas buscan operar donde haya movimiento suficiente para generar ventas, no solo para reducir impuestos», afirmó Oliveros en una entrevista ofrecida a Unión Radio.
Esto explica por qué muchas compañías están migrando hacia la región central, donde la actividad sigue siendo alta y la oportunidad de crecimiento más clara, aunque el costo fiscal sea similar al de otras zonas.
Algunos estados requieren adaptaciones especiales. En Táchira, estado fronterizo con Colombia, genera un comercio intenso y el uso del peso colombiano está muy extendido, lo que obliga a ajustar precios y estrategias frente a productos legales y de contrabando.
En Bolívar, la situación es singular. Se usa mucho el oro como medio de pago, la conocida «grama de oro», y la actividad económica está influida por la explotación minera, así como el comercio fronterizo. «Son ejemplos donde las prácticas comerciales, de precios y de estrategia no pueden ser iguales que en la región capital», subraya Oliveros.
Para las empresas venezolanas la actividad económica regional se ha vuelto tan decisiva como los impuestos a la hora de diseñar estrategias de operación y distribución. En un país con tantas diferencias entre zonas, moverse hacia regiones más dinámicas es fundamental para mantener la competitividad.
Fuente: Finanzas Digital